Poneros en situación:
Te despiertas con más hambre que el perro de un ciego, y te diriges hacia el frigorífico, seleccionando el embutido pertinente (normalmente jamón y queso), luego te diriges hacia donde suele estar el pan de molde, y ves que queda una sola rebanada.
Todas tus expectativas de comerte un delicioso sandwinch previamente pasado por la sandwichera se desvanecen, mientras te preguntas quien habrá sido el que ha cogido una rebanada de más o de menos (según una regla universal, el pan de molde se come a rebanadas pares, da igual que comas 6, que 14 siempre que sea un número par vale). Y ves que no, que el que faltado a esta regla ha sido el fabricante.
Así que ya sabéis, si alguna vez compráis un pan de molde de rebanadas impares, quitadles sufrimiento a los que puedan verse afectados, cogiendo un número impar de rebanadas de pan en la primera tirada, lo sé es duro, pero serás un héroe.
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